" Los fundamentos de exterior "
En la literatura racionalista es costumbre fijar las coordenadas del tiempo al principio, despues mensurar los limites
del espacio creativo y solo despues todos los personajes aparecen por turno - "actores-pensoimagines",que tienen
que llevar en si mismos toda la gravedad de emociones del autor. Les cuesta mucho a estos "pensoimagines",
que no tienen peso real, resistir las fuerzas, que les causan dolor. Pero, son como ginebras, que una vez se libertaron
de las botellas y se convertieron en heroes invencibles. Pueden aniquilar o volver loco aun al autor mismo. Bien que,
no vale inculpar la locura de alguien a estas criaturas futilmente pequenas y poderosas al mismo tiempo. Inculpar
a alguien - es el mas sencillo trabajo en la vida humana, pero vamos a precipitarnos realizacion de los objetivos
mas complicados. Vamos a esforzarnos por entender uno a otro.
Claro que no somos Dioses, pero si queremos, nos amariamos. Amor - es la busca. Unos buscan al amigo,
otros - la alma pariente, los terceros - la verdad, en realidad, en todos los casos la busca del amor pasa. Como la abeja
busca la gota pequena de nectar en la copa enorme del arbol, asi nosotros, la gente buscamos el alimiento para
el mente - los sentidos - en medio ambiente. Los sentidos de amor se parecen a la miel odorifico y dulce, el gusto
de que no quieres perder, hubiendo gustado una vez.
Una vez, me determine cerca de una flor en el jardin de mi vieja y sabia abuela. Era la rosa. Por costumbre idiota,
empeze a contar los petalos, cuya cantidad era inmensa. Cerre los ojos involuntariamente, cuando tocaba pasando
estos grados tiernos de aroma, pero no pude detener el movimiento de matematica y los numeros ganaron mi voluntad.
Poco a poco, pase de petalos a las hojas, espinas, raices y despues a las aromas: aroma de primer grado,
de segundo… de milesimo…A proposito, aquella rosa tenia 365 espinas puntiagudos, como las dagas de mujer japonesas.
Todas aquellas digas eran escondidas con ciudado por las hojas, que se extendian como abanicos orientales.
Ademas, cada biologo puede decir que las hojas defienden el tallo del sol abrasador, pero biologia nunca
ha encontrado con las intrigas de corazon en su camino. Aun sicologia no marcho mas lejos que logica. Por lo visto,
sicologos tienen miedo de profundidad de emociones, que amienza al enamorado con la marca de locura.
Mi rosa era loca tambien. Acaso pueden las flores ser "normales", como nosotros, hombres? Ya que estas
substancias tiernas de emociones son condenadas a la separacion eterna. Lo mas grande que no eran negados
es escribir cartas o simplemente billetes amorosos uno a otro. Algunos son condenados al contacto unilaternal:
tu escribes, pero ella no contesta. Mi rosa guardaba silencio tambien, y yo, contando las vibraciones de su aroma,
me sumia en su seso loco.
Si, amigos mios, la aroma - es el pensamiento de silencio, la habla del demende. Aficionando a unas
manifestaciones superficiales de aroma, nos inculcamos la imagen coqueta de la flor. Por eso a nos parece siempre
que flores son de genero femenino. No podemos imaginar la violeta tierna y indefensa en calidad de hombre - de aqui
va nuestra inhabilidad compadecer uno a otro.
El mundo interior de cada flor parece al infierno, llenado con sufrimientos indescriptibles. Especialmente estos
sufrimientos se personifican en vibraciones de aromas , con la esperanza atraer la atencion de culquiera criatura viva,
que tienen posibilidad moverse y encontrarse con la segunda flor. Si sepan ustedes, amigos mios, el deseo encontrar
a su querida cerca de la flor de que fuerza colosal tiene! Suena ser hombre, tener dos piernas, manos y labios.
Y hombre envidia a la ternura y cutis pintorsco de la flor. Que paradoja!
A menudo hombre coge las flores, les recoge en una compania, donde pueden comunicarse, pero son flores,
no los jovenes castrados de conservatorio de iglesia catolica! Rompiendo la flor de sus raices, anadimos mas sufrimientos,
como si a los enamorados les arrancan los ojos antes de cita. Todo, de que es capaz el hombre - es solo compadecer,
a veces, entender y apreciar todo el sentido y ventaja de su cuerpo moviente a todos lados. La flor siempre busca
a su querida a ciegas, pero nosotros vamos a buscar de otro modo, para que los organos moviles del cuerpo no sufren
de inactividad.
Para ver la hermosura realmente, hay que compadecer efectivamente a la flor antes de momento cuando alguien
pisa en su cuerpo indefenso con su zapato embarrado.
Leyes de exterior son leyes de amor, no mas no menos. El verdadero maestro es como Dios: no va a quedar
sin atencion, carino y alegria a nadie en su composicion. Composicion existe a cuenta de presencia de todos.
La dominante de composicion es la bagatela! Composicion es presencia!
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